¿Os ha ocurrido alguna vez que al
oler algo como el aroma del café recién hecho, de un bizcocho horneado, de la
tierra mojada o de un perfume, viene a la memoria un remoto recuerdo? La
asociación de olores a experiencias o emociones pasadas recibe el nombre de "efecto Proust", en honor al
escritor francés Marcel Proust, quien recreó una sensación olfativa en su
novela "En busca del tiempo perdido":
En cuanto reconocí el sabor del pedazo de magdalena mojado en tila que
mi tía me daba…la vieja casa gris con fachada a la calle, donde estaba su
cuarto, vino como una decoración de teatro a ajustarse al pabelloncito del
jardín que detrás de la fábrica principal se había construido para mis padres,
y en donde estaba ese truncado lienzo de casa que yo únicamente recordaba hasta
entonces; y con la casa vino el pueblo, desde la hora matinal hasta la
vespertina y en todo tiempo, la plaza, adonde me mandaban antes de almorzar, y
las calles por donde iba a hacer recados, y los caminos que seguíamos cuando
hacía buen tiempo… así ahora todas las flores de nuestro jardín y las del
parque del señor Swann y las ninfeas del Vivonne y las buenas gentes del pueblo
y sus viviendas chiquitas y la iglesia y Combray entero y sus alrededores, todo
eso, pueblo y jardines, que va tomando forma y consistencia, sale de mi taza de
té.
En el bloque del olfato, los alumnos de Biología y
Geología de 1º de Bachillerato han llevado a cabo un interesante proyecto. Por
un lado, dentro del mundo de los olores, seleccionaron una serie de esencias
naturales al alcance de cualquiera (limón, naranja, canela, anís, hierbabuena,
menta, tomillo, orégano, albahaca, incienso, vainilla, tabaco, café, ajo,
cebolla y geranio) y, por otro, realizaron un trabajo de búsqueda de
información para encontrar las moléculas responsables de cada olor. Posteriormente,
se montó en la Biblioteca una exposición de lo más aromática: se expusieron
muestras de cada sustancia junto a la fórmula química y nombre de la molécula
responsable de su olor. Con objeto de determinar la capacidad para identificar
olores, los visitantes fueron recorriendo la exposición privados del sentido de
la vista y se fue anotando qué sustancias detectaron. Además, para poner de
manifiesto el efecto Proust, también se anotó qué recuerdo venía a su memoria
al oler determinadas sustancias.
La siguiente gráfica muestra el número de personas, en tanto por ciento, que fueron capaces de detectar los olores indicados.
La siguiente gráfica muestra el número de personas, en tanto por ciento, que fueron capaces de detectar los olores indicados.
En cuanto al efecto Proust se
encontró que, olores como el del anís, traen a la memoria de algunas personas el recuerdo
de sus abuelos ya que así es como olían los caramelos que estos tomaban. El
olor de especias como el orégano o la albahaca, trajeron a la mente el momento
en que otros aprendieron a cocinar. El aroma de la canela evocó a muchos el
delicioso recuerdo de su postre favorito: las natillas y, el del pimentón, el
recuerdo de las matanzas que se hacen en su pueblo.